El duelo no es un estado ni un momento, sino el proceso de perder algo, poder aceptarlo y recuperarnos de ello reconstruyendo nuestro mundo sin lo perdido. En este proceso la persona debe estar implicada y no es un mero esperar a que pase el tiempo, sino que vamos a enfrentarnos a una serie de fases o tareas a lo largo del mismo hasta llegar a esa reconstrucción.
Este camino va a ser duro, en ningún momento se pretende que el duelo no sea doloroso, de echo si no lo fuese sería una señal de que algo no va como debería, en este proceso vamos a sentir tristeza, angustia y otras emociones que veremos y son necesarias para llegar al destino.
Todos nosotros a lo largo de nuestra vida vamos a pasar por distintos duelos, vamos a tener pérdidas, tanto de seres queridos, casas, trabajos, estatus, e incluso el propio paso del tiempo, el envejecimiento es un duelo, por tanto, de ahí la importancia de estar preparados para ello.
Tabla de contenidos
¿Qué etapas tiene el duelo?
Fase 1: aceptación de la pérdida (aceptar)
Lo primero que va a suceder tras la pérdida, es la necesidad de aceptar la misma. Es habitual tener la sensación de que no ha sido real, de que va a aparecer la persona o podemos recuperar lo que se ha perdido. Esta fase también se llama de shock; el desconcierto es característico y, según cómo se haya producido la propia pérdida, puede ser más difícil. Tomemos como ejemplo una muerte: si la misma es repentina, inesperada, o incluso si la persona ha desaparecido, pero no se ha podido constatar la muerte, el proceso va a ser más difícil.
El objetivo de esta fase, como mencionamos al principio, es la aceptación: sin ella no hay superación. Para hacerla más fácil podemos hacer cualquier ritual que nos ayude a ello, cada cultura, por ejemplo, tiene sus propios rituales para la muerte, el hacer alguno de ellos sirve para hacerse a la idea de la misma, ser capaz de hablar de ella.
Fase 2: Sentir y expresar emociones por la pérdida (expresar)
En segundo lugar, tenemos que dejarnos sentir y expresar las emociones vinculadas a la pérdida. A veces las personas que nos rodean nos ayudan en este camino o lo dificultan, en ocasiones se intenta olvidar el dolor, hacer como que no está, e incluso podemos recibir mensajes del tipo “no estés triste, es mejor así”, “hay que seguir adelante”, “hay que ser fuerte” “ya deja de pasarlo mal”. Esto no sirve de ayuda, ya que las emociones por la pérdida, sea lo que sea lo perdido, es necesario sentirlas y sacarlas. Todos sabemos que lo que no nos dejamos sentir no se sana, de hecho, el no conectar con las emociones puede considerarse un predictor de complicaciones en el proceso de duelo sano o normal.
Como emociones habituales podemos encontrar el miedo, la tristeza, vergüenza, culpa, rabia y alivio, en cualquiera de los casos debemos permitirnos sentirlo y compartirlo con quien nos vaya a entender y apoyar.
Fase 3: Reconstrucción de nuestro mundo sin lo perdido (aprender y despedirnos)
En un tercer lugar nos vamos a encontrar con que el mundo sigue, y tenemos que enfrentarnos a él con todas las tareas, gestiones, problemas, etc. que conlleva, sin aquello que hemos perdido. Si hemos perdido el trabajo vamos a tener que seguir enfrentando nuestras facturas sin él, si hemos perdido nuestra pareja y era la persona encargada de gestiones vamos a tener que tomar las riendas nosotros, y es un proceso también difícil, de cambio, que vamos a tener que trabajar para poder acostumbrarnos y aprender a desenvolvernos.
La tarea final será la construcción de un nuevo mundo, colocando lo perdido en nuestro recuerdo, de donde no va a salir, pero teniendo un futuro sin él. En muchas ocasiones algo que complica el duelo es la creencia de que si lo superamos vamos a olvidarnos de esa persona, mascota… y los sentimientos de culpa no nos dejan continuar.
El duelo sano no pretende que olvidemos, sería imposible, sino que restablezcamos la relación que teníamos y ahora forme parte de nuestro pasado y nuestro recuerdo, pero que no nos impida avanzar. Que podamos construir un mundo en el que podamos enamorarnos de nuevo, o querernos y gustarnos a nosotros mismos, aunque no nos veamos tan jóvenes, según el tipo de pérdida. Esta sería la fase final y, una vez alcanzada, podríamos considerar terminado el proceso de duelo.
Ayuda profesional en la superación del duelo
En ocasiones sentimos la necesidad de buscar ayuda profesional cuando sufrimos una pérdida, y siempre va a ser positiva, pero hay que tener en cuenta que el objetivo de hacerlo no va a ser no sufrir.
Como hemos visto, ese sufrimiento es necesario, pero la ayuda profesional va a tener un papel muy importante en todo el proceso. Va a permitirnos expresar y normalizar esas emociones que tal vez no queramos admitir, va a ayudarnos en la sucesión de las distintas etapas y, sobre todo, va a poder ver si el duelo se complica y pasa de ser un duelo sano a uno patológico; en este caso la intervención no va a ser sólo positiva sino necesaria, ya que una vez que hay complicaciones es difícil salir solo de ese proceso.
Cosas a tener en cuenta en el duelo
De todo lo anterior se concluye que hay ciertas cosas que debemos tener en cuenta, tanto para afrontar nuestro propio proceso de duelo como para ayudar y apoyar a una persona inmersa en él.
- Hablar de la pérdida va a ser bueno, pero si se convierte en el eje central de la persona que ha sufrido la pérdida puede ser un indicador de complicaciones.
- Hay que aceptar y expresar las emociones, no buscar maneras de evadirlas, ni intentar buscar corriendo algo que sustituya la pérdida. Como por ejemplo me busco otro novio corriendo para no sufrir.
- Hay que aprender a resolver los problemas cotidianos y pedir ayuda para ello.
- Darnos el tiempo necesario para el duelo es importante, no se va a resolver en una semana.
- Cada persona es diferente y va a tener su propio proceso y tiempo de duración del duelo.
- Debemos evitar los formulismos, y cuando queramos ayudar a alguien en esa fase lo vamos a hacer mucho mejor si le decimos cosas del tipo: “no sé qué decirte, pero que sepas que cuentas con mi apoyo para lo que necesites, y que cuando necesites llorar, lo hagas”.
- Buscar ayuda profesional cuando uno solo no puede es sano y debemos hacerlo.
- Aceptar, expresar, aprender a manejarnos y la despedida, serían los objetivos a conseguir en cada momento.
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