La pandemia ha tenido un impacto desproporcionado en la salud mental de las mujeres, con un aumento significativo de la ansiedad, la angustia y el estrés en comparación con los hombres.
Varios factores contribuyen a esta brecha de género en la salud mental durante la pandemia. Las mujeres han asumido una mayor carga de cuidado, incluyendo el cuidado de niños y tareas domésticas, lo que ha resultado en una mayor presión y estrés. Muchas trabajan en sectores expuestos al contagio, como la atención médica y la limpieza, aumentando su temor al virus.
El teletrabajo y el cierre de escuelas han dificultado la conciliación, recaído desproporcionadamente en las mujeres. Además, el confinamiento ha exacerbado la violencia de género, generando más estrés.
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Para mitigar esto, se sugieren estrategias como compartir responsabilidades, establecer límites, pedir ayuda y practicar la autorreflexión. La solidaridad entre mujeres también ha tenido un impacto positivo en la salud mental de algunas, proporcionando un sentido de comunidad y bienestar emocional.
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