El abrazo, una expresión terapéutica y curativa de afecto, se ha visto afectado durante la pandemia, dejando secuelas emocionales, especialmente en personas mayores.
El Día Internacional del Abrazo, celebrado el 21 de enero, destaca su importancia para la salud física y emocional. Desde la infancia, los abrazos son fundamentales, liberando tensiones y promoviendo el bienestar.
Expertos sugieren que un niño necesita al menos 12 abrazos diarios para crecer adecuadamente. Los beneficios de abrazar son amplios, incluyendo la reducción del estrés y la soledad. La abrazoterapia, basada en el poder del abrazo, destaca la necesidad vital de este gesto.
Un ejemplo es el movimiento «Free Hugs», iniciado por Juan Mann, que promueve el bienestar a través de abrazos gratuitos. Científicamente, los abrazos generan hormonas como la oxitocina, promoviendo la relajación y mejorando la respuesta inmunológica, lo que subraya su papel crucial en la salud física y emocional.
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