Expertos de la Clínica López Ibor advierten sobre la relación «directa» entre los problemas de sueño y la salud mental, destacando la complejidad del insomnio como síntoma mental, influenciado bidireccionalmente.
En vísperas del Día Mundial del Sueño, señalan que abordar el insomnio no implica automáticamente recurrir a pastillas, especialmente en casos crónicos, donde la terapia cognitivo-conductual es la elección de tratamiento dentro de un programa estructurado.
Un estudio reciente del British Medical Journal revela que las personas recuperadas de la COVID-19 tienen un 60% más de probabilidades de experimentar problemas de salud mental, incluyendo alteraciones del sueño, ansiedad, depresión y trastornos de consumo. Además, los expertos resaltan la importancia de abordar los trastornos del sueño en niños y jóvenes, ya que hasta el 45% de los adultos jóvenes padecen estos problemas después de haberlos experimentado en la infancia y adolescencia.
La salud mental de niños y adolescentes se ve afectada por diversos factores, como ansiedad, estrés, miedo y trastornos de sueño, subrayando la necesidad de intervenciones adecuadas en esta población.
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