En este artículo se destaca el atractivo y el deseo que genera el poder y la posición de jefe en el ámbito laboral. Para muchos, ser líder se considera un indicativo de éxito, prestigio social y una remuneración generosa. Sin embargo, el psiquiatra Ignacio Basurte de la Clínica López Ibor advierte que el poder conlleva responsabilidades y debe ser manejado correctamente para no volverse peligroso.
La búsqueda de autoridad a veces está impulsada por un deseo de dominar y controlar, pero un buen líder comprende que su papel es servir y guiar a su equipo hacia el crecimiento y la prosperidad.
Para alcanzar los puestos de mayor jerarquía, se requiere asumir roles con más trabajo, estrés y toma de decisiones. No todos son aptos para ser líderes, pero ciertas habilidades como la toma de decisiones, la comunicación efectiva, la empatía y la resiliencia pueden ser desarrolladas con experiencia y práctica.
El poder también tiene un atractivo erótico para algunas personas, ya que se percibe como una señal de éxito y capacidad. Sin embargo, manejar la atención y el poder requiere habilidad y responsabilidad.
El texto concluye enfatizando que los líderes deben utilizar su poder para mantener un ambiente de trabajo saludable y ético, ejerciendo la autoridad con profesionalidad y respeto.
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