El miedo es una emoción básica del ser humano que puede ser desencadenada tanto por situaciones reales como ficticias, y tiene un impacto inconsciente en nosotros. Según el psicólogo Juvenal Ornelas, el miedo puede surgir de lo desconocido, el riesgo o el dolor, y se desarrolla durante la infancia. También señala que el miedo puede surgir del sentimiento de abandono al nacer, siendo el llanto una forma de comunicación con los padres.
El miedo nos alerta sobre el peligro y nos impulsa a huir para protegernos, lo cual es beneficioso. Sin embargo, existen miedos instintivos como la oscuridad, la incertidumbre o la muerte que están normalizados, y no debemos permitir que interfieran en nuestra vida cotidiana.
Según Ornelas, cuanto más nos exponemos de manera continua al elemento que nos causa miedo, mejor será nuestra respuesta y más capaces seremos de superarlo. Además, explica que la intensidad con la que nos asustamos en las películas de miedo está relacionada con nuestro desarrollo individual y nuestra historia de exposición al miedo en la infancia.
Halloween es una festividad que tiene su origen en un antiguo festival celta llamado Samhain, y aunque casi desapareció en España, ha resurgido en las últimas décadas, especialmente a través del cine. Las películas han popularizado elementos como las calabazas, la sangre y la figura del asesino en serie asociada a personas con problemas mentales.
Un estudio realizado en 2021 por la Clínica López Ibor reveló que los aficionados al terror y las situaciones peligrosas eran más resistentes psicológicamente durante la pandemia. La exposición a ficciones aterradoras les permitió desarrollar estrategias beneficiosas para enfrentar situaciones del mundo real, incluyendo escenarios de peligro. Además, los investigadores sugirieron que el gusto por el horror podría servir como una válvula de escape para la ansiedad.
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