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Urgencias 24 horas En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, Ignacio Basurte, director médico de la Clínica López Ibor, destaca la importancia de prestar atención a los problemas de salud mental en jóvenes, especialmente durante la etapa de los 10 a 18 años. Este es un periodo de grandes cambios físicos, emocionales y sociales que los hace más vulnerables a trastornos como la ansiedad y la depresión. Los padres deben estar atentos a señales de alerta, como cambios en el estado de ánimo, alteraciones en los patrones de sueño, retraimiento social o pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban. Si estos síntomas son persistentes y afectan su vida diaria, es fundamental actuar de inmediato y no esperar a que los problemas se resuelvan solos.
La comunicación abierta con los hijos es clave para detectar si algo les está afectando emocionalmente. Escuchar sin juzgar ni minimizar sus sentimientos permite que los jóvenes se sientan seguros para expresar lo que les preocupa. En caso de que los síntomas persistan o empeoren, es recomendable acudir a un profesional de la salud mental.
Además, Basurte enfatiza la importancia de diferenciar entre emociones normales, como la tristeza temporal, y problemas más graves, como la depresión, que se caracteriza por una tristeza profunda y prolongada. Este tipo de trastorno también puede manifestarse a través de irritabilidad, fatiga extrema o incluso pensamientos sobre la muerte.
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Para prevenir problemas de salud mental, es esencial crear un entorno familiar en el que se fomente la autoestima, la gestión emocional y el manejo adecuado del estrés. Proporcionar hábitos saludables, un entorno afectivo seguro, y oportunidades para que los niños se expresen y desarrollen sus habilidades emocionales contribuye a su bienestar mental. Enseñar a los niños a gestionar sus emociones desde una edad temprana les ayuda a enfrentar los desafíos de manera más saludable y resiliente.
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