El trastorno de identidad disociativo, antes conocido como «desorden de personalidad múltiple», se caracteriza por la presencia de dos o más identidades en una misma persona, cada una con su propio patrón de conducta y forma de relacionarse con el entorno. Se celebra el Día Mundial de los Trastornos de Identidad Disociativos el próximo sábado, para crear conciencia sobre esta enfermedad.
Las principales causas de este trastorno son los traumas infantiles o haber experimentado una catástrofe natural, según la Clínica López Ibor. El paciente que lo sufre siente la presencia de dos o más personas que hablan o viven en él. Este trastorno mental genera una desconexión entre la realidad, el entorno, la identidad, los recuerdos y los pensamientos, lo que dificulta seguir una vida cotidiana.
El trastorno de identidad disociativo afecta tanto a la vida del individuo como a su entorno (familia, trabajo y amistades) y puede generar sentimientos de incomprensión. Las personas afectadas suelen experimentar amnesia disociativa, siendo el principal síntoma la pérdida de memoria repentina y grave, sin una causa evidente, con duración variable.
La prevención es complicada, por lo que la detección temprana y el tratamiento son fundamentales para mejorar la calidad de vida del paciente. Los síntomas pueden variar, pero los más comunes incluyen problemas de salud mental, poca capacidad para manejar el estrés, distorsión de la percepción, falta de reconocimiento de las propias emociones, pérdida de memoria grave y problemas en las relaciones personales y laborales.
El tratamiento implica un estudio psicológico y cerebral, junto con la medicación adecuada y sesiones psicoterapéuticas para ayudar al paciente a retomar su vida de la manera más saludable posible. La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por este trastorno.
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