La salud mental ha ganado visibilidad debido a la pandemia, pero aún persisten estigmas y negacionismo, especialmente en entornos familiares. La adolescencia es una etapa de vulnerabilidad para los trastornos mentales, y es esencial identificar señales de problemas que puedan derivar en trastornos en la vida adulta.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es uno de los más prevalentes y puede manifestarse de diversas maneras en la vida adulta si no se diagnostica precozmente. La genética, los factores ambientales y el consumo de sustancias pueden desencadenar trastornos mentales y adicciones.
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que requiere atención temprana. Los signos a los que las familias deben prestar atención incluyen problemas de rendimiento escolar, impulsividad, irritabilidad y problemas de sueño. Es importante desterrar el tabú en torno a la salud mental, buscar diagnósticos tempranos y brindar un tratamiento adecuado para evitar problemas futuros en la vida escolar, laboral y social.
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La pandemia ha exacerbado los problemas de salud mental en personas con trastornos del neurodesarrollo debido al aislamiento y cambios en la interacción social. Prevenir implica reconocer y abordar las dificultades de salud mental desde una edad temprana, lo que puede ayudar a evitar problemas académicos, accidentes de tráfico y problemas legales en el futuro.
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